26/4/18

¿Divulgar? A mí que me registren. La visita de Natalia Ruiz Zelmanovitch a Ciencia en Bares


Kerp Photography

El pasado 20 de abril pusimos punto final a esta temporada de Ciencia en Bares con la ponencia de Natalia Ruiz Zelmanovitch.
Ha sido una temporada muy variada. Desde Curro Lucas, con su Manual de Autodefensa contra la Manipulación Informativa, hasta esta última charla también hemos podido aprender sobre antropología forense, matemáticas y control biológico de la mano de profesionales tan grandes como Miguel Botella, Clara Grima, Enrique F. Borja y Jan van der Blom.
Cada una de las ponencias ha sido absolutamente genial y ha dado para un artículo en este blog; pero, como acabo de estrenarlo, voy a comenzar la costumbre de contaros cómo fue con la charla de Natalia.

¿Divulgar? A mí que me registren
Para quienes no lo sepan, Natalia es licenciada en Traducción e Interpretación por la Universidad de Granada y experta tanto en Planificación y Gestión Cultural como en Comunicación Social y Divulgación de la Ciencia. Su carrera comenzó en el Instituto de Astrofísica de Canarias, pero desde entonces ha trabajado con otras muchas instituciones científicas españolas. También colabora en plataformas divulgativas como Naukas y ha participado en programas de radio, como Carne Cruda Radio o el Canto delGrillo, en RNE. Además, elabora material audiovisual para la difusión de la ciencia y es miembro de asociaciones como la Asociación Española de ComunicaciónCientífica, Hablando de Ciencia o la ESO Science Outreach Network. Actualmente se encuentra inmersa en un gran número de proyectos divulgativos, entre los que destacan  la promoción del documental “NANOCOSMOS: Un viaje a lo pequeño” y su participación en otro documental, “El Enigma Agustina”, (ambos financiados por la Fundación Española para la Cienciay la Tecnología del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad). El primero es una road movie sobre astrofísica de laboratorio y “El Enigma Agustina” es obra de Manuel González y Emilio García, del Instituto deAstrofísica de Andalucía (CSIC), y versa sobre la figura de una mujer científica en una época en la que la ciencia era un mundo de hombres.
Y ese es el curriculum resumido, oigan.


Sólo leyendo eso la charla ya prometía, pero la verdad es que terminó superando mis expectativas y, a mi parecer, las de todos los que estuvimos allí.
Yo sólo llevo dos temporadas formando parte de Ciencia en Bares, pero tengo información sobre los ponentes que han participado en años anteriores.
Todos ellos han sido divulgadores científicos de primera categoría, pero cada uno se centró en una materia muy concreta, sin tratar en profundidad un tema que resulta esencial para la labor que desarrollamos en Ciencia en Bares: ¿Por qué es tan importante la divulgación?
En un evento que se financia principalmente con el patrocinio de la Sociedad para el Avance del PensamientoCrítico éste era un punto muy importante y Natalia ha sabido aclararlo como nadie. Y es que, como ella misma me dijo mientras cenábamos, su ponencia iba sobre “meta divulgación”: la divulgación dentro de la divulgación.
Ni qué decir tiene que no voy a contaros la charla completa, porque no procede y porque pronto tendréis un vídeo con el que podréis arrepentiros de no haber estado allí.
Pero sí que quiero resaltar algunos detalles que me resultaron especialmente interesantes.
Por un lado, Natalia hizo hincapié en la necesidad de enseñar el trabajo de los científicos. Al fin y al cabo, la ciencia es un bien público, que debe darse a conocer. La propia Declaración de los Derechos Humanos establece que “todos tenemos derechos a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten”. También existe un artículo similar en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales e incluso en España tenemos la Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, que recoge en su artículo 38 la razón por la que debe ser divulgada. En resumen, los ciudadanos tenemos derecho a saber a dónde van nuestros impuestos.
Además, también nos contó cómo puede beneficiar a los propios investigadores y las empresas que se dé a conocer su trabajo. 
Los propios investigadores son los primeros que tienen en su mano salir del laboratorio y contar lo que hacen, pero también hay muchos divulgadores y comunicadores científicos que se dedican a ello. Pueden hacerlo individualmente o en el marco de un gran número de proyectos.
Por otro lado, nuestra invitada nos habló también sobre las diferentes herramientas de las que dispone un divulgador para dar a conocer la ciencia: desde la tradicional información escrita hasta los documentales, pasando por cómics, dibujos animados y hasta astrocopla.
Y como una canción vale más que mil palabras (vale, el dicho no es así, pero no pasa nada) culminó la ponencia con su maravillosa interpretación de “El gato de Schrödinger”, una copla de Manuel González sobre el gato más famoso de la física, interpretada por la mismísima Fotoncita de Jerez, protagonista del Enigma Agustina.
Sin duda éste ha sido el broche perfecto que, además, nos ha dado a los organizadores de Ciencia en Bares muchas fuerzas para la preparación de la próxima temporada. Porque la ciencia es demasiado maravillosa como para no contarla y nosotros queremos que los almerienses puedan disfrutar mes tras mes de ella. ¡Hasta la próxima!

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