El cómic venía con un marcapáginas y una lámina tan tan chula que estoy buscando un marco para ponerla en mi habitación. |
Año nuevo, propósitos nuevos. ¿Me he propuesto escribir más
regularmente en el blog? Pues no, porque no quiero engañar a las personas que
me leen y mucho menos a mí misma y sé que por el bien de mi salud mental habrá
momentos en los que no lo pueda cumplir. Así que iré pasándome por aquí de vez
en cuando, pero sin una regularidad marcada.
Dicho esto, ¡feliz año nuevo a todos! Espero que 2020 se
presente estupendo y también que los Reyes Magos se portaran bien y os trajeran
muchas cosa. Yo no me puedo quejar. He sido buena, como siempre, y he tenido
muchos regalitos guays, entre ellos dinero. El dinero parece uno de esos
regalos sosos en plan “no tengo ni idea de qué regalarte, cómprate lo que
quieras”, pero yo lo interpreto como un “te quiero tanto que deseo que tengas
un regalo tan estupendo que solo lo puedas elegir tú”. Y he ahí el motivo de
esta primera entrada de 2020. Me he comprado varias cosas que poco tienen que
ver con la ciencia con la mayor parte del dinero, pero se me habían quedado 16
eurillos colgados que, por supuesto, no pensaba ahorrar. Yo los regalos no los
ahorro, me los gastos íntegros, que para eso están. Estaba dudando entre varias
opciones cuando, un día, navegando por Twitter, vi que alguien (creo recordar
que Patricia Libertad) compartía un tuit de Grafito Editorial, en el que
hablaban de uno de sus últimos lanzamientos: Objetivo Hedy Lamarr.
A mí qué queréis que os diga, me juntas novela gráfica y
mujeres científicas, para más inri una de mis favoritas, y no me puedo
contener. Decidí pasarme a ver lo que valía y, ¡sorpresa!, el precio era
exactamente esos 16 euros que me habían sobrado. Era una señal de Darwin,
nuestro señor, para que me lo comprara. Así que ahí fui. Y aquí tenéis mi
reseña (sí, sí, eso solo era la introducción).
Historia, ciencia y aventuras, no se puede pedir más
He de decir que pequé de impulsiva y ni siquiera leí de qué
iba, pues di por hecho que iba sobre la vida de Hedy, tal cual. Por eso, cuando
me llegó y leí que en realidad se mezclaba la realidad con un poco de ficción,
pensé que me iba a defraudar un poco. Pero los dibujos eran taaaan bonitos y la
historia de esta científica me ha apasionado siempre tanto que me animé a
empezarlo sin prejuicios.
Me reconcilié bastante con el libro al descubrir que el
prólogo era de Clara Grima, porque yo creo que Clara nunca colabora en nada
malo y si se había prestado es que la historia era buena. En las dos páginas de
las que dispone aprovecha para recordar que la historia cuenta con un poco de
ficción; pero que, dado lo interesante que fue la vida real de Hedy, podría
haber sido perfectamente cierto.
Y tiene toda la razón. La suya fue una vida de película, si
cabe más interesante que cualquiera de las que interpretó en el cine; porque,
para quienes no tengan ni idea de quién era Hedy Lamarr, resulta que era
actriz. ¿Y qué pinta entonces en un blog sobre ciencia? Pues resulta que, sin
haber estudiado carrera, adquirió unos conocimientos muy profundos sobre
ingeniería, que le permitieron desarrollar un invento que ayudaría a los
aliados a vencer la Segunda Guerra Mundial. ¿Cuál fue ese invento? Pues no lo
cuento, para no hacer spoilers, solo diré que la tecnología que empleó con los
años fue la que se utilizó para desarrollar el Wi-Fi. Sí, sí, en parte estás
leyendo esto gracias a ella.
En cuanto al cómic, para empezar, tengo que dar la enhorabuena
a sus tres autores, Abel Pajares, Ángel Muñoz y Ricardo Vilbor, porque han
conseguido crear una historia que hace justicia a lo que pasó en realidad, a la
vez que introducen una trama de policías y espionaje que te engancha de la
primera página a la última.
¿Y qué decir de los dibujos? Ya lo dije en la entrada sobreregalos para científicos. Yo soy una persona nefasta en el dibujo y
posiblemente por eso admiro tantísimo a las personas que lo hacen bien. Y en
este caso los resultados son maravillosos.
Aunque yo ya conocía más o menos la historia de Hedy Lamarr,
gracias al libro he aprendido algunos detalles que desconocía. Por eso,
aconsejo a los lectores que una vez acabado el cómic se animen a leer sobre
ella. Al final viene un pequeño resumen, pero sin duda la vida de esta
enigmática actriz da para pasarse un buen rato indagando.
Finalmente, no puedo terminar esta reseña sin hablar sobre
los diálogos. Me han gustado especialmente las frases de la protagonista, que
representan a la perfección el tipo de persona que era: una mujer fuerte,
empoderada y con una gran curiosidad por aprender. Especialmente me ha
encantado un momento en el que George Antheil insinúa que es de otro planeta y
ella contesta: “Sí, uno en el que la curiosidad y lo desconocido son más
valiosos que las certezas”. Sería maravilloso viajar a ese planeta, aunque solo
fuera un día. De momento, tendremos que conformarnos con este, en el que la
genialidad de Hedy Lamarr, y de este cómic sobre su vida, son una certeza.
Me encanta el cómic, me encantan las películas de Hedy Lamarr, y me ha encantado tu entrada. Pones tanta pasión en lo que cuentas que no me queda más remedio que correr mañana mismo a comprarlo. Felicidades por la entreda!!
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