No es mi cumpleaños, ni mi santo (sí, soy atea y lo celebro)
y aún falta mucho para la Navidad. Sin embargo, vengo aquí a reivindicar los
regalos porque sí. ¿Por qué no sorprender a esa persona querida con algún
detalle sin necesidad de esperar a un día señalado?
Y si esa persona es un amante de la ciencia, en cualquiera
de sus vertientes, no hay nada como los regalos frikis-científicos. En el
último año he comprado varias cositas en esta línea que me gustaría enseñar por
aquí. Salvo uno, la mayoría son productos procedentes de artistas freelance o
pequeñas empresas, que se merecen toda mi publicidad, pues no solo vengo a
hablaros de los regalos tan chulos que podéis hacer, sino también de lo bien
que os van a tratar cuando los compréis. Al fin y al cabo, eso también forma
parte de la experiencia. Y, ojo, no es necesario buscar a un friki de la
ciencia al que regalar, pues nosotros mismos también somos objetivos perfectos
a los que agasajar con caprichos. Al fin y al cabo, si no nos queremos y nos
cuidamos nosotros, ¿quién lo va a hacer?
Camisetas frikis para todos los gustos
Empiezo con Nabla. Pero no la marca de maquillaje, sino una
mucho más guay: la de camisetas (y más cosas). Descubrí esta pequeña empresa
murciana hace como un año, después de que se pusiera al mando de sus redes
sociales Santiago Campillo, un estupendo divulgador científico al que sigo
desde hace mucho tiempo.
Si tuviera que describir la empresa diría que es algo así
como un Pampling para frikis de la ciencia, pues todos sus diseños giran en
torno a esta temática. ¡Y qué diseños! Apenas había echado un vistazo a la
página cuando ya me había enamorado de uno de ellos. Creo que no lo he dicho nunca por aquí, pero
mi científica favorita de todos los tiempos es Rosalind Franklin, una mujer sin
la cual hubiese sido imposible que James Watson y Francis Crick descubrieran la
estructura del ADN y que no solo no recibió el premio Nobel junto a ellos y
Maurice Wilkins, sino que encima fue criticada duramente por Watson en su libro
La doble hélice. Afortunadamente, con los años ha comenzado a recibir parte del
reconocimiento que merece y esta camiseta me parece un buen homenaje. En ella
se puede ver cómo Rosalind posa con su famosa foto 51 sobre una hélice de ADN
en la que se encuentran presos Watson y Wilkins. La figura de este último es
menos conocida, pero fue crucial a la hora de usar los resultados de Franklin
sin su permiso. Merecía ser preso de la molécula que le valió uno de los
premios más ansiados de los científicos. Aunque solo fuera en una camiseta. Por
supuesto, al igual que el resto de diseños de la tienda, también puede
comprarse en bolsas de tela y delantales. En mi caso tengo una bolsa súper
chula que me regalaron con mi pedido y que llevo la mar de orgullosa a hacer la
compra regularmente. Por cierto, dejaos de plástico y usad bolsas de tela, pero
lavadlas, que luego nos quejamos de los bichitos.
He de decir que pensaba quejarme en esta entrada de que haya
en la tienda pocos diseños dedicados a la biología, en cualquiera de sus ramas,
pero para esta temporada ya han mostrado en su cuenta de Twitter algunos de los diseños que sacarán a
la venta y mis deseos han sido órdenes sin ni siquiera llegar a exponerlos.
Vamos, que ya le tengo el ojo echado a una. Para terminar os dejo una foto
monísima en la que muestro orgullosa la foto en el mejor de los escenarios. La
imagen es obra de mi amiga Mabel Angulo, que está hecha una máquina de la
astrofotografía, como podréis comprobar.
Dibujos de pececitos y mucho más
Paso a hablaros un poco de Noëlle S. (@noleesheep), una
chica que sin ser científica ni tener su producción artística orientada a la
ciencia capta la naturaleza de un modo precioso.
Aparte de retratos, humanos y de mascotas, también hace unas
ilustraciones maravillosas, de temáticas de lo más variadas. Pero yo vengo a
hablaros concretamente de sus Inktobers. Para los profanos del dibujo, como yo,
puede que el nombrecito suene a chino, pero en realidad se trata de un asunto
de lo más guay. Resulta que cada mes de octubre sale una lista con 31 palabras,
que los participantes del reto deben relacionar con un dibujo cada día.
Normalmente todas las ilustraciones de un mismo artista están relacionadas con
un único tema. En el caso de Noelia, el año pasado sus dibujos estaban
protagonizados por peces y otros animales marinos. He de decir que al conocer
el Inktober me aficioné a buscar cada día en Twitter su dibujo y el de algunas
otras cuentas que empecé a seguir. Pero no solo podemos disfrutar de verlos en
la red social, sino que también es posible comprarlos. Si el artista los pone a la
venta, claro. Ella lo hizo y por eso pude hacerme con dos: un original y un
print. Para ser sinceros, en un principio quería el original del caballito de
mar, pero voló. No es para menos, teniendo en cuenta lo precioso que es. De
todos modos, los dos quedan estupendísimos en mi despacho.
Ahora falta muy poco para que llegue octubre y muchos
artistas ya han dejado caer la temática que seguirán este año. En el caso de
Noelia pasamos de peces a pájaros, así que la naturaleza seguirá estando muy
presente. Si tenéis tantas ganas de verlos como yo no dejéis de seguirla en su
cuenta de Twitter, donde también irá informando si decide volver a poner a la
venta los peces que le sobraron. Además, ahí podéis seguir los capítulos que va
publicando en Wattpad de su novela de fantasía y leer las entradas sobre moda,
estilo de vida, cuidado personal y muchas cosas más que publica en su blog.
Las libretas más bonitas del mundo
Nunca lo había dicho, pero yo de pequeña gané un premio de
dibujo. Tenía 4 años y me presenté a un concurso de la casa de la cultura de mi
pueblo. Decidí pintar un paisaje súper bonito, con su casita, sus árboles, su
jardín con un caminito que llevaba a un río… Precioso. Merecía el premio. El
problema es que me estanqué ahí y si ahora me pidieran que hiciera un dibujo
volvería a hacer el mismo paisaje, con la misma casita, los mismos árboles y
posiblemente el mismo arte o incluso menos. Vamos, que sigo dibujando como una
niña de cuatro años. Una niña con premio. Pero de cuatro años.
Y creo que es precisamente mi nula capacidad para el dibujo
la razón por la que admiro tanto a personas como Noelia y como Ana, más
conocida como Viana en el mundillo dibujil.
Sus dibujos son la representación gráfica de la palabra
cuqui. Sinceramente, no sé si el término está en el diccionario, pero si
estuviera debería tener un dibujo de ella al lado. Por eso no es extraño que
cuando me enteré de que hacía ilustraciones de mujeres científicas me lanzara como
una loca a verlas. ¡Y estaba Rosalind Franklin! En postal, en lámina y en
libreta. ¡Libreta! Tampoco lo he dicho por aquí nunca, pero soy una obsesa de
las libretas. Tengo muchísimas, la mayoría de ellas en blanco, aunque siempre
estoy buscando excusas para empezarlas. Por eso no tardé en decidir que quería
una y, ya puestos, dos. También había de Hipatia, y una amiga matemática es muy
fan, así que me pareció el regalo perfecto para su cumpleaños. Por desgracia,
estaban agotadas (normal), así que le escribí a Ana para preguntarle cuándo las
repondría. En todo momento fue súper maja, a pesar de que yo fui especialmente
insistente. Pero, tal como prometió, en unos meses volvió a ponerlas a la venta
y pude hacerme con ellas. El pedido llegó junto a una postal preciosa de Marie
Curie, con una dedicatoria, que tengo colgada en mi tablón de corcho con mucho
cariño. Pero no solo están Marie, Rosalind e Hipatia. Hay muchas mujeres más,
tanto científicas como escritoras. Y originales de señoras con bragafaja. En serio,
no sé a qué esperáis para bichear su página web y su cuenta de Twitter.
Calculadoras científicas… de científicas
Antes de verano empecé a ver por ahí algunas fotos de
calculadoras Casio con ilustraciones de mujeres científicas famosas, la mayoría
matemáticas y físicas. Estuve indagando
sobre ellas y descubrí que era una iniciativa de la marca, para promover las
vocaciones STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) entre las
niñas, pero que aún no estaban a la venta.
Miré un par de veces más y seguían sin venderse, por lo que
por un momento me olvidé. Pero hace unos días recibí una nota de prensa en la
que se hablaba del proyecto y se anunciaba que, por fin, podían comprarse.
Se pueden adquirir en Carrefour, Corte Inglés, Alcampo y
algunas otras superficies con sección de papelería y hay varios modelos, que no
solo difieren en el dibujo de su tapa, sino también en las funciones de la
calculadora. No todos los diseños están a la venta, pero en Carrefour pude
encontrar varios de ellos. Para mi tristeza, no han sacado ninguna con el
dibujo de Rosalind Franklin, que me habría hecho juego con la camiseta de Nabla
y la libreta e Viana. Igualmente, había otros muchos muy bonitos. Al no saber
muy bien por cuál decidirme, y al no estar el de Cecilia Payne, que me habría
encantado, decidí elegir en base al modelo de la calculadora. Al fin y al cabo,
aunque para algunos artículos hago cálculos, por lo general no suelen ser muy
complicados, así que ya no necesito una calculadora con tantas funciones como
habría requerido antes, durante la carrera. Y de las más básicas, la que más me
gustaba era la de Marie Curie. Justo antes le había soltado la chapa a un amigo
de mi novio sobre la importancia de enseñar a las niñas que Marie Curie no fue
la única mujer científica de la historia y que no debería ser necesario ganar
dos premios Nobel para que te recuerden. Y a continuación, entre todas las que
había, me compré la de Marie Curie. Así soy yo, poco coherente, pero ‘me hago
de querer’. Y, qué narices, ¡Marie molaba un montón! Así que nada, a tope con
mi calculadora nueva.
Y eso es todo. A lo largo de este año también me he comprado
tropecientos mil libros de divulgación científica y me han regalado otros
tantos. Pero como de ellos voy haciendo reseñas conforme los voy terminando, no
los incluyo en esta lista, que espero seguir engrosando. Porque pocas cosas me
gustan más que las frikadas, y si son científicas, mejor que mejor.
¡Muchísimas gracias por recomendarme por aquí! Me ha hecho mucha ilusión leer las palabras que me has dedicado (¡y verme rodeada de tanto talento!). Gracias a Dios (y lo digo siendo atea también) que existen personas como tú que apoyan al artista pequeñito, a lo artesanal y a lo fabricado con mucho mimo. GRACIAS. ¡Un besito!
ResponderEliminarTomaremos nota de todas estas frikadas tan apetecibles. Gracias por el post.
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